Cuando pensamos en artes marciales habitualmente nos viene a la cabeza alguien aplicando una técnica. Aikido pone un acento especial en el papel del que recibe las técnicas: el Uke. El concepto de Uke es una de las puertas a algunas de las enseñanzas profundas del Aikido.

En Aikido.es le dedicaremos diversos artículos tratando diversas facetas del rol de uke y creemos que una excelente forma de empezar a analizar el papel de uke es a través de la experiencia personal de Stephen Ohlman narrada en un post titulado “Conviértete en el mejor Uke”.

Ohlman relata como cuando una vez el padre de un amigo, antiguo practicante de judo, llegó a casa medio ebrio y explicó lo siguiente: “Hatashita Sensei siempre nos decía: conviértete en el mejor Uke. Si entiendes uke, los movimientos y las técnicas se volverán claros”.

Años más tarde, Ohlman se inscribió al Curso Internacional de Instructores en Hombu Dojo. Este es un programa especial de 11 meses de duración de entrenamiento constante:

“Los senseis nunca utilizaban a los participantes en el programa como ukes (..) Entonces, un día, ocurrió algo milagroso. Cuando el asistente de Ando Sensei se disponía a tomar el papel de uke para la clase, Sensei le indicó que se sentara y me llamó para actuar como uke. (…) Saludé y me dispuse a hacer todo lo posible para permanecer vivo mientras Sensei mostraba a los otros lo que era la más poderosa proyección que había sentido nunca.

Mi cuerpo chocó con violencia contra el suelo y mientras el tatami, envejecido y duro como el cemento, enviaba ondas de choque que alcanzaron mi interior, una memoria del pasado lejano relampagueó en mi mente: “Aprende uke. Conviértete en el mejor uke”. En aquel momento, Ando Sensei no estaba enseñando a los otros sino a mi.

Uke_IICuando recuperé el equilibrió y me incorporé delante de Sensei, sonrió al ver la mueca estúpida que debía mostrar mi cara. Bromeó con los otros: – Mirad – dijo – “el buen Aikido hace feliz a la gente cuando los lanzas”. (…) Fue una epifanía en todos los sentidos.

Siendo uke, como comprendí en aquel momento, significa entender cómo se siente la técnica desde el interior. Aprender a ser el mejor uke significa que puedes recibir las técnicas más duras. Entendiendo de ese modo cómo funcionan de forma que las puedas hacer funcionar desde el interior hacia fuera.

Ser uke, encontrarse en el extremo que recibe en un conflicto o confrontación no es una experiencia agradable. Puede resultar apabullador encontrarse en un conflicto tanto si es físico, o más probable en nuestras vidas, como mental, personal o interpersonal. No es para los débiles de cuerpo o espíritu. Requiere entrenamiento sincero y esfuerzo fortalecernos para estar preparados para afrontar la confrontación y salir de ella indemne.

El entrenamiento físico del Aikido para ser uke es la metáfora para la transformación que debe ocurrir si vamos a temperar nuestro espíritu y hacerlo suficientemente fuerte para superar la adversidad y emerger sanos y salvos.

En la práctica del Aikido en un dojo tradicional, a uke se le ve comunmente como el agresor en la práctica de técnicas físicas. Nos turnamos para ser uke y tomar el papel del que inicia el conflicto pero que también recibe las repercusiones de ello.

Este entrenamiento es esencial para el apropiado desarrollo de la mente, el cuerpo y el espíritu. Es ingenuo pensar que nunca seremos instigadores en un conlicto e incluso más pensar que seremos suficientemente afortunados como para salir victoriosos independientemente de quien lo inicie. El entrenamiento para ser uke nos prepara para la carretera llena de baches a la que a veces nos conduce la vida.